Menuda estampa la de ver a estos dos skaters follando a una guarra del barrio con los pantalones por las rodillas y con sus gorras más chulos que un ocho. Al fin y al cabo los chavales se pasan todo el día en la calla, así que no tienen por qué esconderse ni siquiera para tener sexo. Sin duda la chavalilla es un pedazo de puta porque le da igual que pasen sus padres o sus hermanos y la vean ahí comiendo una polla mientras otro tío le endiña por detrás, así que es obvio que estamos delante de una ninfómana con mayúsculas.