Era verano, hacía mucho calor y estas dos jóvenes colegialas no tenían dinero para pagar un helado fresquito, nada que no puedan arreglar bajándose las braguitas y haciéndole un favorcillo al heladero. Algunos pensarán que al tipo no le sale rentable el negocio, pero si sumas el dinero que se gasta todas las veces que se va de putas seguro que estará ahorrando follando con estas zorritas a cambio de un helado. Quien no folla es porque no quiere y os aseguro que hay muchas tías calientes por ahí que no son muy exigentes, tan solo es estar en el momento adecuado y la hora correcta.