En teoría las universitarias maduras que deciden estudiar pasados los 30 años tendrían que tener un comportamiento ejemplar puesto que ya no tienen la tontería en el cuerpo que se tiene cuando tienes 18 o 19 años, pero siempre hay ovejas negras y mujeres reprimidas que quieren vivir aquellas experiencias que no vivieron en su juventud. Quiero decir que muchas se hubieran tirado a su profesor y por vergüenza no lo hicieron, pero a estas edades tienen las cosas bastante claras y como les resulte atractivo el maestro ni se lo pensarán a la hora de seducirlo. La clase de hoy es un tanto especial y para mi que quien aprendió ese día una gran lección fue el friki del profe.