Partiendo de la base de que esta universitaria jamás había hecho un casting porno, de que era realmente preciosa y de que tenía un par de tetas durísimas típicas en las jovencitas de 18 años, poco más os podemos decir para que sepáis lo que os espera durante los siguientes minutos… El caso es que la chica no estaba muy decidida y constantemente miraba al cámara mientras le daban billetes para ir convenciéndola de que aquello era real, se la iban a follar en público en un recinto acristalado donde supuestamente nadie les vería desde fuera, pero ellos si verían a la gente pasar. Sin duda una situación excitante y arriesgada donde las haya para una pipiola que apenas ha salido del cascarón.