Una madre no puede ver como su hija le chupa la verga a su novio y quedarse de brazos cruzados, de eso nada, ¿¿¿que menos que darle una chupadita también?. Quien decide en última instancia siempre es la hija y obviamente esta jovencita tiene mucho que agradecerle a su madre, así que buenamente le cede la gran polla de su novio para que la deguste y saboree su capullo completamente impregnado de líquido preseminal. El tipo no abre la boca en todo el rato, no te jode, una mamada a dos bocas no te la hacen todos los días y mucho menos con la suegra como invitada de honor.