Desde que la conocí el verano pasado de vacaciones en las islas Canarias la bauticé como “mi pequeña zorrita española” y no es para menos, la misma noche que me la follé lo hice por el culo porque ella me lo pidió. Mucho ha llovido desde entonces y hemos echado un montón de polvos ya que voy a visitarla a menudo. No somos novios, digamos que somos follamigos y ya me gustaría a mi vivir con esta hembra capaz de dejarse petar el ojete en público, pero ella no es mujer de un solo hombre y se disfruta mucho mas la relación de esta manera.