Aprovechando que sus padres duermen, este chaval se tira a su vecina en el ático de su edificio en un polvo más cerdo que romántico a la luz de la luna. Su vecinita no tiene muchas luces y traga con lo que le pidan, pero no vamos a negar que a la muy puta le va el morbo y tener sexo en los lugares más raros. Luego pasa lo que pasa tíos, las chavalillas follan a pelo con 18 años y el día menos pensado llegan llorando a casa porque la prueba del embarazo les ha dado positivo. En fin, la juventud es así y decirles que no follen es tontería.