Quise comprobar en primera persona si lo que decían de mi hermana mis amigos era cierto. El caso es que todos me decían que era una puta y que se había acostado con casi todos los chicos de mi barrio, pero a mi no me cuadraba porque era una chica muy vergonzosa, sacaba muy buenas notas y en casa se portaba muy bien. Tras unos días espiándola en su habitación descubrí que se masturbaba todos los días mientras veía porno en su teléfono móvil. Esto es bastante normal y no le di importancia, pero cuando se enteró de que la espiaba salió su verdadero yo y se convirtió en una gran zorra.