Internada en un centro psicológico, esta chavala ha logrado seducir a uno de los enfermeros para que el tío la complazca en sus deseos masoquistas. El tipo se aseguró que no quedara nadie en el centro asistencial, entro a la habitación de la chavala con unos cuantos juguetes sexuales y ahí, cuando estaba con ella, abuso de la perrita como quiso. A la nena le gustaba cada cosa que el cabron le hacía. Primero el chaval la amarro, luego la azoto. Después le puso una máscara de cerda y, teniéndola en cuatro patas, el chaval se la clavo hasta lo más profundo de su concha ¡Pff! que deliciosa esta la perrita.