La zorrita Piper Perri está trabajando como becaria en pornpros y con apenas un metro y medio de estatura y esa cara de mojigata, ha escalado puestos rápidamente en la empresa a costa de acostarse con los directivos. Ella se hace la inexperta y hoy en teoría aprenderá todos los secretos del clítoris a manos de uno de los hijos de los jefazos. Tras unos minutos masturbando a esta pequeña puta, el tipo quería comprobar hasta dónde podía llegar con esa chavalilla porque pensaba que con ese cuerpecito la destrozaría follando. Una vez más es un error juzgar a alguien por su apariencia física, esta guarra puede con todo lo que le echen…