El viejo hace meses que no trabaja y lo único que quiere es echar el polvo rapidito con su hija de 18 años de rigor antes de que la chica se vaya al instituto. Parece mentira que la jovencita aún no sepa que todas las mañanas tendrá que bajarse las braguitas y dejar que papá se desahogue, más que nada porque le toca lavarse los dientes dos veces. Aunque su padre se la folle por el chocho el cerdo se corre en la pequeña boca de la hija aún con restos de pasta de dientes. A ver si se pone pronto a trabajar el cabrón que ya toca…