Es casualidad que aunque estés ingresado en el hospital muy enfermo, en cuanto ves a una enfermera que está buena la polla siempre te funciona. Sin duda los hombres tenemos dos cerebros o cabezas, uno arriba y otro abajo y estoy totalmente de acuerdo en lo que dicen las chicas que muchas veces pensamos con la cabeza de abajo. Pues este chico también sufrió una milagrosa mejoría en cuanto entró una imponente enfermera Mexicana en la sala de operaciones con dos tetas bien gordas y con un escote que permitía hacerse una idea de lo ricas que estaban. El tipo le pidió que le hiciera un chequeo rápido para comprobar que al menos le funcionaba uno de sus miembros.