Esta puta pequeña perversa se folla a su padrastro obligada por las circunstancias y es que el hombre la pilló oliendo sus calzoncillos, ¡¡¡como lo oyes!!!. Si pensabas que solo nosotros olemos la ropa interior de las chicas es porque no las conoces. A ellas también les gusta embriagarse con el olor de nuestra polla, las feromonas tiran mucho y pueden llegar a ser muy adictivas. La chica comprendió por qué mamá quería tanto a ese hombre y no tenía nada que ver con cuestiones sentimentales, el motivo estaba más abajo de la cintura y era una polla más grande que su brazo.