Llego del trabajo estresada, con hambre de pollas y con ganas de que un hombre la follara. El hijo está en la cocina jugando, con todos los platos sucios y mucha basura tirada en el suelo, así que como castigo, la vieja hizo que el chaval la follara para así ella deshacerse del estrés que tenía encima y poder limpiar la casa como todos los días. Con mucho gusto el hijo de la puta incestuosa saco su polla, le abrió las piernas a su madre y se la clavo hasta lo más profundo de la concha, inyectándole a la vieja incestuosa enormes cantidades de semen en su apretada y golosa vagina ¡es una cerda!