Menuda sorpresa se llevó este tipo cuando al fin le llegó el paquete que contenía la muñeca hinchable que había pedido a medida. Aparentemente parecía una mujer de verdad puesto que era de un realismo extremo, pero tuvo que echar mano de las instrucciones porque no había manera de que aquella rubia se pusiera a follar. Después de ponerle pilas al mano y localizar las funciones básicas, al fin aquella zorra cobró vida y sin duda el futuro nos depara grandes inventos sexuales. Solo le falta follar por el culo, planchar, fregar y hacer bien la comida para ser la mujer perfecta y no es una cuestión de machismo, sencillamente somos muy perros jejeje.