Tantos años de reclusión hacen mella en cualquier persona, por eso no es tan descabellado que dos monjas de clausura tenga una relación y se conviertan en lesbianas en un momento dado. Seguro que más de uno nos quedaríamos con la boca abierta si viéramos lo que hay debajo de unos hábitos femeninos, las monjas no dejan de ser mujeres aunque supuestamente no tengan sexualidad y hoy veréis lo buena que estaban estas dos esclavas de Dios. Nunca sabremos lo que pasa realmente en los conventos y aunque nadie duda de que la fe es lo que mueve a la gran mayoría de creyentes, siempre habrá una oveja descarriada como se suele decir.