Son negros y gordos como dos galletas Oreo, pero lo que más me gusta de los pezones de mi madre es que están riquísimos porque aún le sigue saliendo leche de las tetas. Mi madre es la clásica madurita rechoncha con el cuerpo natural y sin ningún retoque, justo lo que más me gusta de una mujer porque donde esté lo natural que se quite lo de plástico. Me da mucha rabia cuando estamos follando y me dice que pare que eso no está bien, ¡¡¡será zorra!!!, ella es la primera que siempre me está provocando llevando camisones sin ropa interior…