Tras provocaciones constantes a su padre esta jovencita no puede esperar que el viejo se quede quieto. Ante todo somos hombres y por muy mal que estemos físicamente o aunque no tengamos ningunas ganas de follar, estamos obligados a responder a tales desafíos, una niñata de 18 años no va a vacilarnos… La reacción de este padre no se hace esperar y la puta de su hija consigue su objetivo, que no es otro que acabar follada muy duramente y a lo perrito por el señor que le dio la vida. No hay nada como unas braguitas negras y una falda de colegiala para ponernos a mil…