Uno nunca espera ser pillado follando por el marido de la infiel en cuestión, pero si te tiras a una mujer casada es lo que tiene, así que tienes que sopesar si te compensa o no. Este fotógrafo tiene un filón con su profesión porque con el rollito de que puede sacar unas fotos preciosas sin coste alguno a ellas se les hace la boca agua. En el fondo a todas les encanta verse guapas y una oferta así no la pueden rechazar aunque les cueste echar un polvo. No sabemos lo que le pasó a este tío después, pero el marido tenía pinta de tener muy mala ostia…