Decidí mudarme de la casa de mis padre, ya me siento lo suficientemente autónoma para poder mantenerme a mí misma. Para año nuevo decidí cambiar la rutina de pasarla con la familia, esta vez me fui a donde mi mejor amigo a beber y a pasarla bien como siempre lo hacíamos en la universidad. Estaba pasada de tragos lo acepto, pero él desde que lo conocí siempre me había llamado un poco la atención. Luego de que todos se fueron de su departamento, fue cuando la cosa se puso bastante bien; en el balcón de su piso comenzamos a besarnos y a acariciarnos. Él me estaba diciendo cosas linda pero poco a poco se fue calentando la situación hasta que me empezó a decir que yo era su perra, ¡uyy! Ese comentario hizo que me bajara mucho fulo, no aguante las ganas, así que me quite el vestido ahí mismo en el balcón y puse mi conchita hacia el para que me follara como a su perra. ¡Me encanto lo que hicimos!