Desde que era un niño este chaval no veía a su tía, por eso al reencontrarse en esta cena familiar ambos se quedan sorprendidos. Sus miradas cómplices lo dicen todo, aquí algo más que una simple relación tía y sobrino. Total que en una pausa de la cena el sobrino persigue a su tía hasta la cocina y allí se la folla. Empieza agarrando sus grandes tetas y las aprieta con ansia mientras se las chupa. La tía y el sobrino quieren lo mismo, se han sentido atraídos y follan como animales. Esperamos que nadie de la familia les sorprenda y les corte el rollo, porque joder, ¡menudo polvazo!…