El hombre anda obsesionado con su hija. Esa noche cuando la niña se va a la cama él va detrás y en absoluto silencio la observa el culo. Le agarra las bragas rojas con dos dedos y se las aparta dejando el jugoso coño de su hija al aire. ¡Dios santo!, al pobre hombre se le pone la verga dura al instante, le encanta el coño de su hija y esta todo excitado, ¡pero no se atreve a tocarlo!. El incesto es algo demasiado loco para la mente de este caballero asà que decide dar un paso atrás. Se va por donde ha venido, pero ¿y la hija se habrá dando cuenta de lo que ha pasado?…