Esta tÃa estaba cocinando la cena para su marido. De repente escucho un ruido extraño en la casa y, sin darse cuenta, un ladrón la tomo con fuerza, la arrodillo en frente de él y la hizo comerle la polla. La tÃa, con lágrima sobre sus ojos, obedeció por miedo a que el chaval le hiciera algo. Ella en realidad no querÃa que eso le sucediera nunca, que un hombre la violara pero, sin pedirlo, el tÃo le hizo una de sus fantasÃas sexuales realidad, ser violada por un desconocido con un pollon enorme lleno de semen. La putita, a pesar que no querÃa, gozo con el ladrón hasta quedar con su hermosa carita empapada en semen.