Puede que para ella fuera un doloroso anal puesto que era su primera vez, pero bien que vino a mi cama a 4 patas como si fuera una gatita en celo pidiendo mi polla. Aquí no hay lugar a reclamaciones ni tampoco derecho a quejarse, si ella vino en plan zorrón a mi pues que apechugue con las consecuencias. Fue una suerte que mis padres se fueran toda la mañana porque ella solo iba a estar un rato para pedirme unos libros y luego marcharse, pero ese pequeño ratito se convirtió en un par de horas del mejor sexo anal que he tenido en mi puta vida.