Viniéndonos a visitar después de más de 5 años sin vernos, el primo Alberto la paso riquísimo con nosotras. Sin mucho que esperar, después que hicimos la cena familiar y papá se fue a dormir, mamá y yo nos quedamos con el atendiéndolo como debe de ser. La cerda de mi madre no se aguantaba las ganas, con papá al frente de ella, la muy puta manoseaba en entrepiernas de mi primo Alberto sin ningún pudo. Yo estaba celosa, también quería acariciarle la polla y los huevos pero mi papá estaba muy cerca y nos podía descubrir. Después que el viejo se quedó dormido, nos fuimos a la habitación de mi primo y nos entregamos en cuerpo y alma a él para que nos hiciera mujer ¡Dios, que rico! al primo Alberto le creció la polla aún más desde la última vez que nos vimos.