Ella y sus amigas habían planeado un viaje a la playa por un fin de semana a las afueras de la ciudad. La chavala estaba entusiasmada con la idea, estar lejos de sus padres la haría sentirse libre y con la libertad de hacer lo que se le viniera en gana. Justo un día antes de su salida, el padre de la nena encontró unos mensajes sexuales en el teléfono móvil de la jovencita. Eso lo enfureció, la confianza que él le había dado a su hija había sido quebrantada por ella. Así que, para poder darle el permiso a la putita para que se fuera de viaje, ella debía sacarle la leche de los huevos a él, que lo mantenía de mal humor. La putita no tuvo problema alguno en chuparle la polla y follar con su padre, más bien fue un entrenamiento para ella, antes de salir a la playa y probar las pollas de sus amigos.