Cuando se enteró de que su novio se había follado a su mejor amiga, esta joven decidió pasar de los tíos durante una buena temporada pero no así del sexo. Para poder seguir disfrutando sin hombres de por medio decidió invertir parte de sus ahorros en un enorme consolador que se la follara siempre que a ella le apeteciera. El invento en cuestión es muy sencillo y son todo ventajas: por un lado ella puede elegir el tamaño de la polla que se quiere meter cada día, por otro no se cansa nunca de dar placer y por último siempre está dispuesto para hacerle gozar durante toda una noche.