Yo soy el primero que aún no se cree que su propia hermana le haga el sexo oral, sin embargo me dejo querer y le sigo el juego puesto que sé que lo que más le gusta en esta vida es chupar una polla. Pese a que ya lleva tiempo comiéndome el rabo aún me sigue dejando helado su mirada de zorra, tiene unos ojitos azules preciosos que te cautivan y es que encima le encanta mirarme fijamente mientras lame despacito mi verga. Puedo asegurar que jamás ninguna mujer me la ha chupado como lo hace ella, ni siquiera las putas, así que entenderéis por qué estoy tan enganchado a mi hermanita pequeña.