Cruzo la frontera de México hacia los estados unidos como ilegal, así que no pudo encontrar un buen trabajo y tuvo que prostituirse para poder sobrevivir en el norte. La gordita se encontró con un productor porno que le ofreció mil dólares por tan solo una escena de 20 minutos y la perrita lo acepto enseguida. Se fueron para el departamento del productor ella, el chaval que la va a follar y el camarógrafo. Cuando estaban ahí, rompieron el hielo con una corta conversación y después se pusieron a hacer lo suyo. Mientras el tipo la está follando, la perrita comienza a gritar como una puta -¡papito, dame tu leche!- Excitado por las demandas de esta exquisita zorra mexicana, el chaval acaba dentro de ella dejándole toda la cara con una mascarilla de semen. ¡esta mexicana tiene un culazo divino!