La tía, como toda mujer divorciada después de los 40 años, está buscando tener esos momentos de la vida que no logro tener cuando era una jovencita casada cuidando a sus bebes. La cerda, un poco dolida por no tener a un hombre que la ame, comenzó a tomar champagne solita en casa hasta quedar totalmente ebria. Cuando la mujer vio que un tío entro a su casa, trato de espabilarse nuevamente, pero estaba tan embriagada que la cerda apenas recocía quien era el tío que había entrado a su hogar. La mujer lo vio con ojos seductores, le gusto ese hombre que había entrado a su casa, así que sin pensarlo dos veces, la muy puta se acercó al desconocido, le bajo los pantalones y comenzó a chuparle la polla. Lo que no sabía la mujer era que ese tío, al cual le estaba succionando el miembro, era su propio hijo ¡La putita jamás se enteró que había hecho incesto con su chaval!